Participación infantil

El tema de la participación infantil va adquiriendo mayor importancia en nuestras aulas y considero que es un paso importante.

Cuando se trata de niños pequeños siempre hay tareas en las que les gusta participar como una manera de cooperar con el normal desarrollo de la clase. También la inclusión en el curriculum de asignaturas como talleres, hacen que esa implicación sea mayor.

Con alumnos ya un poco mayores, creo que está bien que, además de esa participación, puedan tener un rol en la toma de decisiones e incluso en otras tareas como pueda ser la calificación de sus propios ejercicios y los de sus propios compañeros y compañeras, algo de lo que se quejan con frecuencia pero en lo que les cuesta implicarse porque les parece que es una tarea más compleja de lo que creían inicialmente.

Otro de los temas que yo particularmente dejo en manos de mis alumnos y alumnas es la decisión de la fecha en la que realizar las pruebas escritas, siempre marcándoles las fechas más allá de las que no puedo ir. Normalmente se generan algunos momentos de discusión en relación con este tema y, con frecuencia tenemos que recurrir a una votación para establecer la fecha definitiva pero, eso también es parte de la participación.

En el centro donde yo trabajo tenemos diversos grupos que fomentan la participación de forma totalmente voluntaria como son el Grupo Morado, encargado de temas de género y que organiza actividades en fechas concretas, el grupo de teatro y también la comisión de Euskara, en la que también se coordinan actividades para algunas celebraciones concretas.

Por otra parte, el uso de las tecnologías cada vez nos permite implicar más al alumnado a base de encuestas o formularios en los que pueden expresar su opinión sobre distintos temas. Aunque en muchas ocasiones somos los docentes los que empezamos con la iniciativa, creo que es importante que ellos también puedan utilizarla para recabar información sobre temas de su interés.

Por último, creo que lo más importante es que el alumnado se acostumbre a participar, a asumir responsabilidades y, sobre todo, que sean conscientes de que en un proceso de participación hay mucho de negociación y de tener que ceder muchas veces ante los otros, en suma, se trata de hacer de nuestros alumnos y alumnas personas habituadas a decidir de forma tolerante y haciéndolos conscientes de que nadie puede imponer sus criterios sin razón.